Castillo Pando Carabassa
En la Capital Nacional del
Polo, Pilar está el predio del reconocido Castillo Pando Carabassa, extendido
en su territorio desde fines del Siglo XIX, nueve canchas reglamentarias
dependientes de la Asociación Argentina de Polo y posicionadas entre las más
importantes del mundo, después de las de Palermo en Capital Federal. Se
efectúan en ellas torneos nacionales e internacionales, así como exposiciones y
eventos ocasionales, el predio donde se halla ubicado el castillo de la
AAP fue en su momento una estancia de
4000 hectáreas llamada “El Recreo” que lindaba con el Río Luján.
La casa originalmente se
construyó en 1840. En el año 1860 la compra Don José de Carabassa y su mujer
Doña Felisa Ocampo de Carabassa. En un principio se compró como coto de caza,
pero luego fue una cabaña de toros, tambo y lugar de cría de ovejas, el mirador de la casa se
usaba de vigía para divisar a los malones de indios que todavía asolaban esa
región.
Don José y Felisa tuvieron
varios hijos, la menor, Adela Carabassa, se casó con Miguel Pando y fué
entonces cuando sus padres les mandaron construir, traído de Bélgica con
materiales importados de Alemania el chalet que hoy es la asociación argentina
de polo, lindero al casco antiguo de la estancia, hoy llamado el castillo.
Tuvieron seis hijos entre
1905 y 1915, que se cuenta que en esa casa vivían todo el año, salvo los meses
de invierno en que la familia emigraba a Buenos Aires.
En el parque de la estancia
hay palmeras, alcanfores, araucarias y varios ejemplares de eucaliptos, de más de
150 años de antigüedad, se cree que fueron algunos de los primeros traídos al
país, por Sarmiento quien tenía su palco en el colón vecino al de la Sra. de
Carabassa.
En la década del 30, en
plena "belle epoque" Los hijos mayores de la familia, Miguel y José
Pando formaron el primer club de polo de la zona, llamado Amaberá siendo
precursores de este deporte en Pilar.
Desde mediados del siglo
XIX la estancia estuvo en manos de la familia, conservando todo el encanto de
aquella época.
Cuando la AsociaciónArgentina de Polo compró el lugar en 1969, “el chalet” fue restaurado
y en la obra realizada fueron modificados algunos de sus ambientes destinándose
a otros usos. Paralelamente en esa oportunidad fue necesario realizar tareas de
desmonte y nivelación del terreno que sería destinado a las canchas de polo.
Como testigo de muchos
años transcurridos se erige en el castillo una magnífica torre que en su planta
es cuadrada y en el altillo hexagonal. Don Félix Pando nacido en 1915, contaba
hace unos años que su padre utilizaba ese sitio como mirador desde donde
divisaba a lo lejos maravillosas vistas del Río Luján y el campo circundante.
En Noviembre del 2010 hubo
polémicas en muchos medios por fantasmas que se dice merodean la residencia.
Hoy abre sus puertas para
compartir toda su belleza y su historia para importantes eventos.
Comentarios
Saludos, Daniel Sale.